jueves, 20 de mayo de 2010

Hugo Sánchez: el impacto de su chilena

Si en 1987, a mis 6 años, me había impactado el gol de Butragueño al Cádiz en Copa, el impacto se duplicó la temporada siguiente, en abril del 88, cuando Hugo Sánchez marcó aquella chilena, la primera chilena que recuerdo, la chilena perfecta, la que después se hizo llamar "huguina". Me quedé parado. Recuerdo que la semana siguiente estuve ojeando aún alucinando una revista en la que aparecía en imágenes la chilena de Hugo Sánchez paso por paso. Como se preparó, como empezó a volar de espaldas, como el balón llegó a su altura y Hugo tomó impulso con una pierna para engatillar el balón con la otra marcando un golazo por la escuadra de chilena. De verdad que lo recuerdo con impacto, fue uno de esos momentos que no se olvidan. Fue un golazo ante el Logroñés, en el Bernabéu, y la afición no pudo hacer más que sacar los pañuelos blancos al tiempo que Hugo daba su típica voltereta celebrando el gol. Años después, Hugo Sánchez reconoce que aquel fue el mejor gol que jamás ha marcado. Estoy totalmente de acuerdo, de hecho es el gol que recuerdo de este grandísimo jugador de raza, coraje y algo de picaresca que jugó en el Madrid de la época, y que aún mantiene el record de goles marcados en liga en una temporada, con 38 goles. Eso ocurrió dos temporadas más tarde, en la 89-90. Hugo también participó de aquellas temporadas en las que la Quinta del Buitre no fue capaz de conseguir la Copa de Europa, pese a que su juego enamoraba. No siempre gana el que mejor juega... Eso sí, en la liga no había quien les tosiera, y consiguieron 5 Campeonatos consecutivos.



En aquellos años, viajaba bastante a ver al Real Madrid con mis padres, recuerdo viajes a Málaga y a Cádiz, sobre todo. También uno a Madrid. La misma temporada en que Hugo marcó este gol del que hablo. Fue el último partido de liga, y el Madrid se enfrentaba al Valladolid, en lo que suponía la retirada de otro gran jugador del Madrid de los 80: Carlos Santillana. De Santillana no me quedan muchos recuerdos, sus mejores años de fútbol no están en mi cabeza porque son anteriores. Ya digo que en el 88 aún tenía sólo 7 años... por cumplir. Pero mi padre siempre me dijo que no había visto a nadie rematar tan bien de cabeza como a Carlitos Santillana. Que volaba para rematar. Yo, al menos, lo vi en directo en su último partido, y marcó... Marcó él y Hugo Sánchez.



No quiero terminar de escribir sin recordar, con mucho cariño, un viaje a Málaga para ver el Madrid, en el que recuerdo que también vino la "yaya". Que grandes recuerdos tengo de ti, cuanto cariño guardo dentro de mí hacia ti. La gente cree que porque no se hable de temas no los tienes dentro, pero tú sabes que desde que te fuiste, siempre te he llevado dentro y siempre me acuerdo de ti. Espero que desde arriba me veas con felicidad, y que tú también seas feliz allá donde estés. Sé lo mucho que me querías, pero me quedé con mucha pena de no poder decirte todo lo que te quería antes de que te fueras.

Bueno, y también está la anécdota del viaje a Cádiz. Fue en 1990, si no recuerdo mal, el Madrid ganó 0-3... Después de que un niño, que había conocido al padre de Míchel en las horas previas al partido, se pasara el partido completo gritando a Míchel. "Vamos Míchel, que he visto a tu padre!". En fin, llegábamos a Cádiz, yo engalanado hasta arriba de atuendos madridistas (bufanda, camiseta, etc.) y mi padre advirtiéndome de que allí la gente era del Cádiz y que me podían pegar. Se me acercó un hombre, preguntándome si era del Madrid, acabábamos de entrar en un típico bar de "pescaito frito" y me faltaron piernas para salir corriendo del bar realmente acojonado por si aquel hombre me pegaba. El hombre vino hacia mi y me tranquilizó diciéndome "No te preocupes, si yo también soy del Madrid. Soy el padre de Míchel. Y te voy a regalar esta insignia por ser del Madrid". Fue una de las anécdotas más bonitas que recuerdo del Madrid y me apetecía ponerla por aquí. Hasta la próxima!

1 comentario:

  1. Les comparto mi poema, inspirado en . . .

    EL MAS LINDO GOL

    ¡Qué plasticidad, . . . no tienes piedad!

    Con bella pirueta,
    el mundo respeta.
    el nueve de atleta
    de una camiseta.

    Tu cuerpo perfecto
    y enorme talento,
    le dieron al fútbol
    el más lindo gol.

    Recuerdo el partido,
    el estadio lleno,
    minuto noveno,
    Madrid atacando.

    Un balón por aire,
    el centro correcto,
    ese Martín Vázquez
    sí tiene intelecto.

    La diste la espalda
    al arco enemigo,
    pegaste gran salto,
    alzaste los pies.

    Dos metros y medio
    arriba del pasto,
    la defensa solo
    se quedó mirando.

    Con botín izquierdo
    hiciste contacto,
    hubo exactitud
    en tiempo y espacio.

    Vuelo del portero
    inútil, por cierto,
    la bola girando
    se metió angulada.

    “Huguiña”, . . . faena,
    la gente asombrada,
    que te ovacionaba,
    pañuelos blancos sacaba.

    Se gritó tu nombre,
    ¡torero!, ¡torero!,
    diste otra maroma,
    fue tu puño al cielo.

    En medio del campo,
    con las manos juntas,
    inclinas cabeza,
    muy agradecido.

    Al fin del encuentro,
    el arquero Pérez
    y el silbante Brito,
    también te elogiaron . . .

    Aquel día diez,
    de ese mes de abril,
    de mil novecientos
    del ochenta y ocho.

    La figura de Hugo,
    del rey, Hugo Sánchez,
    quedó para siempre
    plasmada en mí mente.

    Allá, en Logroñés,
    nunca lo olvidéis,
    tú anotaste “Hugol”
    ¡todo un Señor Gol!

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    México, D. F., a 12 de noviembre del 2006
    Reg. SEP Indautor No. 03-2007-082112003600-14 

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